miércoles, 1 de julio de 2015

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO III

TORMENTA DE ESPADAS - George R.R. Martin


"¿Puede haber algo más ridículo que la pretensión de que un hombre tenga derecho a matarme porque habita al otro lado del agua y porque su príncipe tenga una querella con el mío aunque yo no la tenga con él?"
Blaise Pascal

Con esta tercera entrega de la popularísima saga de Canción de Hielo y Fuego, llegamos a la novela que en mi opinión debió dar por acabada esta épica aventura fantástica. Tormenta de espadas es, bajo la modesta opinión de este lector, la mejor novela de George R.R. Martin, y la culminación de la trama que se inició con Juego de Tronos. Como podréis observar si seguís con la lectura de la saga, las decisiones que toma Martin como escritor, le van a costar muy caras.

A pesar de que la novela tiene un volumen de páginas demasiado elevado, la calidad de la misma ayuda a que mantengamos el interés por la trama (o tramas) de principio a fin. Lo que empezó siendo la historia de los Stark contra los Lannister, cobra mayor sentido en esta novela, que narra lo sucedido posteriormente a la batalla del Aguasnegras. Paralelamente, el mito de Daenerys Targaryen sigue creciendo en oriente; y la Khaleesi no parece tener prisa por viajar a Poniente y recuperar el trono (tampoco en este volumen). El final de esta novela significa un desbarajuste tal en la trama principal que llevará a Martin a girar de modo brusco la relevancia de los protagonistas y la masiva aparición de otros personajes nuevos, que dilatan una historia cuyo sentido inicial muere con esta novela.

La obsesión de Martin por crear una saga interminable le ha llevado entre otras cosas a que David Benioff y D.B. Weiss, creadores de la adaptación televisiva de HBO, hayan decidido confeccionar sus propios guiones, alejándose progresivamente de los libros. No es de extrañar que se haya producido esta ruptura teniendo en cuenta que el primer libro de la saga fue escrito en 1996, hace la friolera de 19 años, y aún estamos esperando la publicación de Vientos de Invierno, el sexto volumen de la saga. Concretamente, hace ya 4 años que se publicó Danza de Dragones, y no parece que al cierre de 2015,  el bueno de Martin vaya a tener concluida la faena. De hecho, leía el otro día en un foro a un seguidor de la serie que decía: "comencé leyendo Juego de Tronos a escondidas en el pupitre del instituto, entre clase y clase. Ahora tengo dos hijos, algunas canas, y la sensación de que Martin me ha tomado el pelo durante 20 años".



Más allá de la cansina lentitud, está el problema de la extensión, cada vez más basta. Las tres últimas novelas ya rozan o superan las 1000 páginas, pero al parecer Vientos de Invierno va a tener una extensión cercana a las 1500 páginas, y creo que ante tal barbaridad, no queda otra que quejarnos y plantearnos si es necesario... si realmente era necesario extender tanto este baile de sillas por el Trono de Hierro.

En este blog no hemos tenido problema en leer novelas de importante extensión, pero creo que los lectores no deberíamos pagar la incapacidad de síntesis de Martin, y su imposibilidad para distinguir las tramas imprescindibles de aquellas, que como dijo Michael Ende, podrían "ser contadas en otra ocasión". Y es que lo que a priori catalogábamos como virtuosismo para abrir tramas dentro de la trama, se ha convertido en un handicap terrible para disfrutar de la novela con cierta continuidad. Y lejos de generar intriga, lo que provoca es un profundo aburrimiento como ya os comentaré en la reseña de Danza de Dragones (hacía tiempo que no me costaba tanto sufrimiento acabar un libro).

Una decepción personal la que me he llevado con esta saga, que sin embargo no se corresponde con la calidad de Tormenta de Espadas, que es realmente brillante, y destaca por las lúcidas descripciones y por el manejo brillante de las numerosas tramas. Quizás lo más duro ha sido haber traicionado uno de mis principios, que es leer para disfrutar, y para lo que no hay que casarse con ningún género ni con ningún escritor (ni con ninguna saga infinita). De todo se aprende, y obviamente, a partir de ahora voy a priorizar buenas novelas, que respeten algunos principios básicos de respeto al lector: inteligibilidad, dimensiones razonables, lenguaje asequible, trama dinámica, etcétera. Lo lamento por Ken Follet y Cia, pero creo que en plena sociedad de la información, debemos premiar a los escritores que son capaces de enamorarnos en un máximo de 400 páginas.

Seguiremos adelante con el análisis de la saga, procurando como siempre centrarnos en las impresiones como lector, pero alejándonos de los spoilers, ya que una lectura condicionada no vale la pena.

Un saludo,

Benjamín

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